¿Qué es la autonomía progresiva?
La autonomía progresiva en residencias de protección es un una tarea central para el desarrollo integral de niños, niñas y adolescentes. ¿Cómo? promoviendo su capacidad para tomar decisiones propias que, una vez fuera de la residencia, les permitan vivir de manera interdependiente. Se basa en la participación activa en decisiones simples y también más complejas, dependiendo de su etapa personal de desarrollo.
Estas decisiones les dan confianza, seguridad y les preparan para la vida fuera de la residencia. Les entregan un sentimiento de autoeficacia, asociada a la suficiencia y agenciamiento, a la gestión de los logros.
Para ello es clave entender que la autonomía, implica interdependencia. Es decir, que todas y todos necesitamos ser parte de una red de apoyo para satisfacer las necesidades de salud física y mental, educación, cultura, recreación, oportunidades laborales y necesidades jurídicas. Aprender a solicitar apoyo externo cuando se necesite, percibiéndose capaces de cumplir las propias metas. Este enfoque reconoce que, en mayor o menor grado, todos somos dependientes en diferentes momentos de nuestra vida, y que la interdependencia es una característica común de la existencia de todas las personas.
En la práctica, la autonomía progresiva implica que los equipos de trabajo en las residencias busquen activamente espacios de participación y responsabilización para los NNA, ajustados a su momento de desarrollo y características individuales.
Esto se realiza a través de metodologías participativas que les involucran en el diseño y evaluación de los servicios, lo que no solo les beneficia a ellos, sino que también enriquece los mecanismos de protección con sus conocimientos y experiencias únicas.
Dónde poner atención
Es importante tener claro que apoyar a NNA en el desarrollo de la vida interdependiente es una tarea que se extiende durante toda la estadía en la residencia y no sólo cuando él o la adolescente está próxima al egreso. Se trata de un camino a recorrer hacia la autonomía progresiva, que se va adaptando al desarrollo y madurez particular de cada niño, niña y adolescente.
Es así como es fundamental personalizar el trabajo para el desarrollo de la autonomía a través del Plan de Intervención Individual (PII), ya que cada NNA presenta una combinación de dificultades y fortalezas únicas que deben ser consideradas para su preparación para la vida interdependiente. Este plan incluye objetivos específicos que promueven la autoeficacia y la agencia personal, alentando a NNA a tomar decisiones informadas y a solicitar apoyo externo cuando sea necesario.
Esto supone el desafío de establecer límites y normas, con el fin de equilibrar las necesidades de cercanía y separación de NNA. Es aquí donde ponemos en práctica el concepto de “interdependencia”, entendido como una combinación entre autosuficiencia y dependencia. En este sentido es importante tener presente que la autosuficiencia “obstinada” de parte de NNA, puede aparecer ante la percepción de una ayuda autoritaria o una falta de un enfoque colaborativo y basado en la persona.
Tener lineamientos y criterios comunes como equipo, más allá de las opiniones personales se hace imperativo para que trabajemos de manera intencionada el acompañamiento para la autonomía progresiva y la vida interdependiente. Para ello es necesaria la capacitación constante de los equipos, además de reuniones periódicas para analizar el día a día.
Nunca debemos olvidar que estamos trabajando para que el paso por la residencia de protección sea un aporte para el logro de un proyecto de vida satisfactorio.
¿Cómo hacerlo?
Promover la autoconfianza, a través de la generación de oportunidades de participación y asegurar que se confía en ellas y ellos para que puedan asumir responsabilidades, es tan importante como afirmar que esa confianza en sus capacidades continuará a pesar de cometer errores.
Teniendo en cuenta lo anterior, dentro de las residencias, podemos abrir los siguientes espacios de participación:
- Toma de decisiones cotidianas de la residencia, por ejemplo: selección de ropa, decoración de sus piezas y espacios personales, tipos de talleres que quieren hacer, etc.
- Decisiones personales como si quieren pololear, ver amistades, o familiares, siempre velando por el interés superior del niño o niña.
- Organización de asambleas semanales, que progresivamente sean guiadas por NNA, tratando temas relevantes para ellas y ellos, en las que puedan tomar decisiones vinculantes acordadas con el equipo.
- Co-construcción y evaluación por parte de los NNA de su PII, a través de su participación activa y entrega de información clara sobre avances y retrocesos.
- Organización de consultas que consideren su participación para el diseño de la intervención residencial, que pone en valor los conocimientos irremplazables de NNA, al servicio de los mecanismos de protección.
- Fomento del autorespeto a través de talleres sobre empoderamiento y derechos a los NNA, y la realización de capacitaciones a los equipos sobre enfoque de derechos.
- Desarrollar estrategias mediante políticas, actividades y otro tipo de intervenciones psicosocioeducativas que promuevan la educación sexual -salud e inquietudes- desde una perspectiva integral.
- Realización de actividades extracurriculares en espacios comunitarios externos a las residencias para que NNA exploren sus talentos e intereses y socialicen con otras personas, como una forma de fortalecer su autoestima, sus habilidades interpersonales y que les permitan sobreponerse a los estigmas relacionados a la institucionalización.