¿Qué son las habilidades sociales?
Las habilidades sociales se refieren a un conjunto de comportamientos, actitudes y destrezas que permiten a las personas comunicarse y relacionarse de manera efectiva con los demás. Estas habilidades incluyen tanto la comunicación verbal y no verbal, como la empatía, la escucha activa y la capacidad de resolver conflictos.
Las habilidades sociales se dividen en dos grandes áreas: las habilidades de comunicación, que permiten expresar pensamientos y sentimientos de forma clara; y las habilidades interpersonales, que facilitan la interacción social y promueven el respeto, la colaboración y la mediación.
En el contexto de residencias de protección, el desarrollo de estas habilidades es fundamental para que niños, niñas y adolescentes puedan integrarse de manera efectiva en la residencia como en su entorno exterior. Estas habilidades son clave para resignificar experiencias, construir relaciones saludables y gestionar conflictos, además de mejorar su bienestar emocional y social.
Dónde poner atención
Las interacciones diarias ofrecen una oportunidad invaluable para enseñar y reforzar las habilidades sociales, tanto a través de la vida cotidiana como en situaciones más estructuradas. Es este espacio, el lugar seguro donde niños, niñas y adolescentes se pueden permitir el ensayo y error, practicar la comunicación efectiva, aprender a gestionar sus emociones y desarrollar la autonomía progresiva, guiados por el equipo residencial.
En la medida que los NNA enfrentan nuevos desafíos y responsabilidades, como el cuidado personal o la colaboración en tareas domésticas, es relevante que puedan reconocer su capacidad para superar obstáculos y resolver problemas, lo que refuerza tanto su autoestima como sus habilidades sociales. En este punto es fundamental que tanto los y las educadoras de trato directo, como la dupla psicosocial y todo el personal de la residencia refuerce los logros y los ponga en palabras aquellas veces que NNA no puedan identificarlos por sí mismos.
Buenas prácticas
El desarrollo de habilidades sociales en la vida cotidiana de las residencias de protección puede ser promovido mediante diversas estrategias que pueden ser incorporadas en las rutinas:
- Las actividades básicas de la vida diaria, como los turnos para ducharse, comer en grupo o realizar tareas del hogar, deben ser vistas como oportunidades de aprendizaje social.
- Una de las mejores prácticas es utilizar el modelaje, donde los adultos en la residencia sirven como ejemplos de comportamientos sociales adecuados. La repetición de estas experiencias es clave para que los NNA interioricen lo aprendido, mientras que la explicación de la importancia de adquirir estas habilidades ayuda a su desarrollo cognitivo.
- El equipo residencial debe comprender cómo aprenden los niños, niñas y adolescentes a su cuidado. Puede ser a través de la repetición, la identificación e imitación, o mediante la comprensión e internalización. Esto permitirá supervisar y ajustar las estrategias utilizadas para fomentar cambios o facilitar la adquisición de nuevos conocimientos.
- El acompañamiento constante y la supervisión adecuada por parte del equipo de la residencia garantizan que niños, niñas y adolescentes adquieran habilidades prácticas y se sientan apoyados y motivados para participar activamente en su propio proceso de desarrollo.
- Fomentar la participación de NNA en la toma de decisiones cotidianas dentro de la residencia, a través de asambleas o actividades recreativas y culturales, lo que les permite experimentar roles de liderazgo y colaboración.
- El juego y las actividades como deportes, talleres o el voluntariado, son formas de fortalecer habilidades sociales mientras se promueve el bienestar emocional y la integración comunitaria.
- Reconocer la residencia como su hogar al que puedan invitar a sus amigas y amigos e ir a visitarlos a sus casas, con el monitoreo del equipo de la residencia o tutor de ser necesario.