¿A qué nos referimos con participación significativa de niños, niñas y adolescentes?
La participación significativa de los niños, niñas y adolescentes (NNA) en las decisiones que afectan sus vidas es un derecho fundamental reconocido por la Convención de los Derechos del Niño. En las residencias, la participación activa, segura e informada en su proceso de intervención es importante, para que sus voces sean escuchadas y tomadas en cuenta de manera efectiva en la planificación de sus casos y el cuidado que reciben.
Diferentes investigaciones muestran que los niños, niñas y adolescentes tienen la capacidad y el deseo de involucrarse en estas decisiones. Sin embargo, para que esto ocurra de manera significativa, es necesario un entorno que fomente su participación de forma segura y les brinde la información necesaria para que comprendan los procesos en los que están inmersos.
Uno de los beneficios de la participación significativa de los NNA en la toma de decisiones es que les otorga un sentido de autonomía y control sobre sus propias vidas, lo que puede incrementar su autoestima y empoderamiento.
Además, al ser parte activa en las decisiones que les conciernen, les permite desarrollar habilidades para resolver problemas y sentirse más conectados con las personas que los rodean. Esto es particularmente importante para los NNA que han vivido experiencias traumáticas.
Dónde poner atención
- Los NNA que han sufrido graves vulneraciones de derechos necesitan un entorno seguro y confiable para expresarse. Es importante dedicar tiempo a desarrollar relaciones, donde ellos y ellas se sientan valorados y escuchados. Este vínculo es esencial para fomentar la participación activa y el compromiso de los NNA en las decisiones que afectan su vida.
- Explicar las decisiones y procedimientos de forma clara, honesta y en un lenguaje adecuado para su edad y nivel de desarrollo, asegurándose que NNA comprendan la información que se les entrega, para que puedan expresar sus opiniones de manera informada y segura.
- En lugar de ver la participación de niños, niñas y adolescentes como un mero procedimiento formal, debe considerarse una herramienta para validar sus experiencias, asegurándose de que entiendan las razones detrás de las decisiones y que sus perspectivas sean tomadas en serio, en el entendido que ellos y ellas son expertos en sus propias vidas.
- En situaciones donde los NNA pueden sentirse abrumados, es importante permitir la participación de adultos de confianza, como familiares o cuidadores. Esto les proporciona un apoyo emocional adicional que puede facilitar su participación y expresar sus opiniones.
- Es importante ser flexibles en las estrategias de participación. Desde adaptar las herramientas de comunicación a la etapa del desarrollo del NNA, sus características, sus intereses y necesidades hasta permitirles señalar con qué figuras adultas se sienten mejor o en confianza, para que les acompañen en sus intervenciones y procesos.
Buenas prácticas
Toma de decisiones compartidas:
Esto nos permitirá promover la participación activa de los NNA en la planificación de su propio cuidado, permitiéndoles expresar sus preferencias sobre aspectos tan importantes como el contacto con sus familiares o las salidas en el contexto de la revinculación familiar, por ejemplo. Por ejemplo: organizar reuniones que involucren al reuniones involucran al equipo psicosocial, miembros de la familia y al propio niño o niña, lo que facilita un proceso de toma de decisiones inclusivo y, por tanto, menos conflictivo.
Consultas continuas y auténticas con los NNA:
Involucrar a los niños en consultas no debe ser un acto simbólico. Es fundamental que los profesionales mantengan un diálogo continuo con ellos y ellas, pudiendo incluir reuniones breves y frecuentes, que no interfieran con sus rutinas diarias, como la escuela.
Expresión a través de medios adaptados a su edad:
Los niños y niñas más pequeños también deben ser incluidos en las decisiones que les afectan, utilizando medios apropiados para su desarrollo, como dibujos, juegos o actividades creativas que les permitan expresar sus pensamientos y sentimientos. Adaptar las estrategias de participación a su etapa de desarrollo es esencial para garantizar su inclusión.