Las rutinas y ritos como espacios de desarrollo de una mente sana

¿Qué es un rito y una rutina?

Los ritos desempeñan un papel vital en la vida de las personas y las comunidades. A través de sus características simbólicas, repetitivas y estructuradas, ayudan a transmitir valores y tradiciones, manejar las transiciones importantes y proporcionar alivio emocional.

Los ritos se realizan de manera regular y repetitiva, permanecen en el tiempo y es la repetición la que ayuda a reforzar su significado y su importancia a nivel individual y colectivo. Suelen seguir un patrón o secuencia específica de acciones. Esta estructura proporciona un sentido de orden y predictibilidad, que permite saber cuál será su resultado. Luego de aprenderlos sabemos lo que viene.

Por su parte, las rutinas son series de acciones repetitivas que se realizan regularmente y que forman parte del día a día. Las rutinas proporcionan predictibilidad y seguridad, facilitando el manejo del tiempo y las tareas. Si se proporciona una rutina regular se podrá prevenir el agotamiento emocional y físico de niños, niñas y adolescentes eliminando la imaginación y estrés que provoca tratar de prever, les dará sentido de pertenencia y respalda el desarrollo de la identidad, saber quién soy, qué hago aquí, para qué lo hago, cuál es mi lugar, dónde pertenezco. El contar con rutinas en comunidad como limpiar la casa, hacer la comida, preparar la mesa, hacer sobremesa, leer, ver y comentar películas o hacer deporte, les generará un clima alegre, tranquilo y compartido.

Los ritos y las rutinas protegen, porque niños, niñas y adolescentes saben lo que viene y cuál es el contexto, no tienen que estar en alerta ni a la defensiva. Y esa anticipación les permite tener la posibilidad de mirar cuáles son sus emociones. Pueden observar, por ejemplo, cómo se transforman la excitación o nervios en alegría. Y cuando lo que esperan sucede, ellos ya están preparados. Construimos un escenario seguro y protector, que tiene en su base la confianza y genera seguridad.

El principal espacio de transformación de los seres humanos se da en la vida cotidiana y en este sentido, ritos y rutinas nos ayudan a ir bajando las defensas de niños, niñas y adolescentes desde esta nueva experimentación de seguridad emocional, que proporciona tranquilidad al cuerpo y, por tanto, genera un correlato que va pasando al sistema neurológico, que baja los niveles de producción de adrenalina y cortisol, lo que disminuye los mecanismos de defensa y el estrés.

Dónde poner atención

Al acompañar a niños, niñas y adolescentes en una residencia, los tiempos y las condiciones nos permiten pensar y generar, en su mayoría, rutinas y ritos colectivos. No obstante, es importante incluir ritos individuales, no perder de vista la importancia del uno a uno.

Buscar la posibilidad de tener momentos únicos para cada uno, les generará la sensación de ser vistos, atendidos y de tener cubiertas sus necesidades individuales. Muchas veces les permitirá regularse, al bajar la adrenalina y las respuestas de cortisol.

Cada año el comprar su regalo de cumpleaños o el uniforme de colegio con un cuidador o cuidadora, convertiremos una salida en un momento grato, tranquilo y de atención exclusiva.

Ideas para ritualizar

A continuación, exploramos varios tipos de ritos que pueden instalarse en una residencia, destacando su importancia y cómo contribuyen al bienestar de niños, niñas y adolescentes.

¡Fórmate con nosotros!

Sé parte de la comunidad PROTEGE y transformemos la vida de niños, niñas y adolescentes que han sido gravemente vulnerados.

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