La salud mental como pilar en los cuidados alternativos de niñas, niños y adolescentes

La salud mental, definida como el bienestar emocional, psicológico y social que permite a una persona desenvolverse adecuadamente en su entorno, es especialmente relevante para posibilitar el desarrollo integral de niños, niñas y adolescentes. Este concepto implica el tratamiento adecuado de trastornos y además la capacidad de afrontar desafíos, gestionar emociones y construir relaciones saludables.

En el caso de los NNA que ingresan a residencias de protección, garantizar la recuperación de su salud mental es esencial debido al impacto de las graves vulneraciones de derechos que han sufrido, como abuso, negligencia o abandono. Estas experiencias, que dejan secuelas emocionales profundas, se reflejan en traumas complejos que requieren de  una atención multidisciplinaria.

Si bien, el objetivo final de las residencias de protección es la reunificación familiar, actuar como un dispositivo que devuelva la salud mental a NNA que han sufrido graves vulneraciones de sus derechos, es imprescindible para que el reintegro a sus hogares sea permanente.

Dónde poner atención

El bienestar psicológico de los NNA en residencias de protección depende de una red de apoyo sólida que articule a los servicios de salud y protección. Sin embargo, la coordinación entre estos sistemas a menudo presenta desafíos, como el tiempo de espera de citas con especialistas en salud mental lo que dificulta la continuidad de los tratamientos y la estabilización de NNA.

Es por ello que es deseable:

Buenas prácticas

Para mejorar la atención en salud mental de NNA en residencias de protección, es clave considerar:

Fomento de vínculos bien tratantes:

Priorizar relaciones que favorezcan el desarrollo emocional de los NNA para apoyar un plan de trabajo integral, que guiará el proceso de estabilización psicoemocional y conductual. Considerar madres, padres, familia, adultos significativos y todos aquellos actores que puedan favorecer el desarrollo de dicho plan.

Ambientes seguros y estables:

Crear espacios que respondan a las necesidades individuales de cada NNA, promoviendo su bienestar emocional y monitoreando constantemente su estado de salud mental. Es importante que el equipo completo comprenda la situación de salud mental de cada NNA, de tal forma de que puedan actuar con flexibilidad en las normas y adapten los objetivos respecto de sus comportamientos y necesidades.

Adhesión al tratamiento:

Asegurar que los NNA sean informados, de manera comprensible para su etapa de desarrollo y condición, sobre sus diagnósticos de salud mental de tal forma que entiendan y sigan los tratamientos indicados para sus condiciones específicas.

Vinculación efectiva con dispositivos de salud integral:

Realizar trabajo de red con consultorios y hospitales, para establecer un trabajo coherente entre la residencia y el sistema de salud y los servicios especializados, según las necesidades de cada caso para construir un plan de intervención integral.

Mirada a largo plazo:

Gestionar la continuidad del tratamiento psiquiátrico en el sistema público de salud, acompañado de un informe de derivación del psiquiatra de la residencia, para preparar el egreso del NNA a sus hogares familiares, con un plan que garantice la continuidad del tratamiento y evite el reingreso por una mala gestión de salud o falta de atención.

¡Fórmate con nosotros!

Sé parte de la comunidad PROTEGE y transformemos la vida de niños, niñas y adolescentes que han sido gravemente vulnerados.

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