La importancia de ser tutor de resiliencia

¿Qué implica ser tutor de resiliencia?

La resiliencia es la capacidad que todo ser humano tiene para adaptarse y recuperarse de situaciones traumáticas y adversas.. Implica tanto sobreponerse a circunstancias difíciles, como la habilidad de transformación a partir de la resignificación de experiencias. 

La capacidad de resiliencia dependerá tanto de las características personales como de las respuestas que se reciben del entorno. Así, los buenos tratos, las buenas prácticas de la parentalidad social y la entrega de herramientas formativas y socioemocionales podrán devolver a niños, niñas y adolescentes una imagen positiva de sí mismos, confianza en sus capacidades y mayor autoestima, siendo todo esto un motor para la resiliencia.

En este sentido, todos quienes trabajamos en una residencia de protección estamos llamados a ser “tutores de resiliencia”, porque nuestro rol se centra en acompañar a niños, niñas y adolescentes a recuperarse del daño sufrido y de su experiencia de institucionalización, tomando un rol activo, continuo, afectuoso y respetuoso, sin invadir ni generar dependencia, manteniendo la autonomía de ellas y ellos, actuando como guía y referente positivo.

Dónde poner atención

Es fundamental enfocarse en brindar a niños, niñas y adolescentes, un entorno en el que se sientan seguros, vistos, consolados y a salvo. Esto permitirá que recuperen y fortalezcan la confianza en sí mismos y en el mundo que los rodea, fomentando la habilidad resiliente que les facilitará afrontar la vida desde un estado de seguridad, en lugar de estrés prolongado. 

La sensación de seguridad y apoyo es el primer paso para que puedan desarrollar la resiliencia necesaria para superar desafíos y adversidades.

Facilitar espacios en la cotidianeidad que permitan encuentros significativos, abrirán la oportunidad a niños, niñas y adolescentes para verse a sí mismos como seres completos, capaces y dignos. La labor del tutor es iluminar esos espacios y mostrarles que siempre hay una salida hacia la seguridad y el bienestar.

Este ejercicio puede manifestarse a través de una actividad, un interés o una afición, usualmente alentada por alguien que cree en ellos. Las actividades significativas y los hobbies no solo ocupan el tiempo de manera constructiva, sino que también pueden convertirse en caminos de autovaloración y confianza. Estos encuentros significativos les permiten recuperar el sentido y la confianza en sí mismos y en su entorno, transformándose en hitos que rememorarán con gratitud a lo largo de sus vidas como elementos fundamentales en su proceso de resiliencia y desarrollo.

Finalmente, es clave recordar que cada niño, niña y adolescente tiene sus propios tiempos y maneras de procesar sus experiencias y pérdidas. Es importante respetar estos períodos de duelo y enfocarse en fortalecer sus recursos internos, sin minimizar su sufrimiento. La sensación de seguridad y la capacidad de conectarse con los demás y consigo mismos pueden surgir en cualquier momento de la vida. Como tutores, debemos mantener viva la esperanza de que siempre es posible pasar de un lugar de inseguridad a uno de seguridad, ofreciendo el apoyo y la guía necesarios para lograrlo.

Estrategias

Podemos ofrecer distintas formas de espacios significativos para niños, niñas y adolescentes en nuestro rol de tutores de resiliencia. Algunos de ellos:

Espacios psicosociales individuales:

Sesiones terapéuticas periódicas proporcionan a los NNA un entorno seguro y constante para expresar sus emociones y fortalecer su autoestima. Estos encuentros buscan sanar, fomentar la confianza y ayudarles a resignificar su relación con sus familias, reduciendo el sentimiento de responsabilidad por su situación.

Generación de un vínculo de confianza:

Establecer una relación de confianza desde el ingreso del NNA es fundamental para una intervención efectiva. Esto implica crear espacios personalizados para conocer al NNA, haciéndole sentir que está acompañado y que puede confiar en el equipo, facilitando así el abordaje de temas personales y relacionados con su ingreso a la residencia.

Escucha activa como herramienta terapéutica:

La escucha activa valida las emociones del NNA sin juicio, reforzando positivamente sus experiencias y dándoles seguridad y confianza. Este enfoque terapéutico requiere una actitud receptiva y atenta, tanto verbal como corporal, que demuestre interés genuino en lo que el NNA expresa, facilitando su apertura y resignificación.

Espacios de intervención psicosocial grupal:

Las intervenciones grupales fortalecen el vínculo entre los NNA y las duplas psicosociales, integrándose en la vida cotidiana con actividades estructuradas y otras espontáneas. Estas actividades pueden abordar temas como sexualidad, género, y resolución de conflictos, promoviendo la cohesión grupal y facilitando la resignificación de experiencias a través del diálogo y la orientación. Estas instancias pueden ayudar a que NNA tomen conciencia de sus estados emocionales y corporales, y los de los otros y otras.

Algunos ejemplos de estos espacios que podemos poner en práctica son:

  • Juego: El juego es una herramienta terapéutica poderosa que permite a los NNA concentrarse en el presente y desarrollar habilidades mentales, emocionales y físicas. Es útil para abordar diversas cuestiones de la vida cotidiana de manera lúdica y efectiva.
  • Actividad física: La actividad física ayuda a los NNA a tomar conciencia de sus cuerpos, mejorar el autocuidado y la aceptación corporal. Sus múltiples beneficios apoyan diversos objetivos de la intervención, dependiendo del grado de desarrollo de cada NNA.
  • Desarrollo de la creatividad: Fomentar la creatividad es esencial para el desarrollo cognitivo, la resolución de problemas y la reelaboración de experiencias. Potenciar el pensamiento creativo proporciona herramientas valiosas para la vida personal, social y laboral de los NNA.
  • Talleres de sexualidad: Estos talleres abordan la prevención del abuso sexual y el embarazo precoz desde una perspectiva de género y valores, superando concepciones violentas y patriarcales. También profundizan en el conocimiento biológico, el respeto corporal, la diversidad sexual y el consentimiento.
  • Salidas a la naturaleza: El contacto con la naturaleza equilibra internamente a los NNA, beneficiando su salud, afectividad, creatividad y bienestar integral. Estas salidas estimulan psicomotora y cognitivamente, promueven la exploración, la actividad física y refuerzan los vínculos afectivos y el sentido de grupo.
  • Narración digital: La narración digital permite a los NNA contar historias personales a través de secuencias breves de imágenes o fotografías, usando tecnología digital. Este proceso desarrolla habilidades, confianza y empatía, conectando a los participantes y ayudando a comprender sus historias de vida.

¡Fórmate con nosotros!

Sé parte de la comunidad PROTEGE y transformemos la vida de niños, niñas y adolescentes que han sido gravemente vulnerados.

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