¿Por qué es importante el enfoque de género? Porque nos permite reconocer y abordar las diferencias aborda las diferencias en las experiencias, necesidades y vulnerabilidades de niñas, niños y adolescentes.
El enfoque de género nos ayuda a reconocer las características y contrastes fundamentales entre las niñas y niños para poder responder de manera diferenciada y, sobre todo, eficaz a sus necesidades.
Por tanto, deben incluir los riesgos asociados al género, advirtiendo situaciones que pueden producirse sólo por el hecho de ser mujeres y que, además, pueden darse de manera simultánea como, por ejemplo:
Mayor violencia sexual, incluyendo abuso sexual, violación y explotación sexual comercial.
Mayor número de experiencias traumáticas, polivictimización y revictimización.
Mayores niveles de pobreza y exclusión social, que afectan especialmente a mujeres adolescentes con hijos.
Mayores niveles de discriminación y estigmatización.
Mayor inestabilidad en su proceso de intervención y mayor rotación o cambios de residencias.
Lo anterior llevar a tener mayor probabilidad de las niñas a desarrollar un trauma complejo, que debe ser abordado a través de una intervención con enfoque terapéutico e informado en este tipo de casos y que, a la vez, incorpore una mirada de género que fomente la equidad.
Dónde poner atención: en el caso de las niñas y adolescentes mujeres
Los programas con enfoque de género deben centrarse en identificar y fortalecer las capacidades innatas de las niñas y adolescentes, fomentando su empoderamiento y autoestima. Esto implica trabajar con las fortalezas que ya poseen o que reconocen en sí mismas, lo que les permite desarrollar una comprensión de su valor como individuos y su condición de sujetos de derechos.
Es fundamental proporcionarles información y guiar discusiones sobre temas como la autoestima, el autocuidado y la interpretación de su entorno, para que puedan entenderse a sí mismas, desde una perspectiva de autovaloración y suficiencia.
El desarrollo de habilidades debe basarse en estas fortalezas identificadas, con el objetivo de expandir las capacidades de acción, pensamiento y relación social de las niñas y adolescentes. Programas específicos de desarrollo de habilidades para la vida, toma de decisiones y construcción de relaciones positivas, son esenciales para brindarles herramientas prácticas que les permitan afrontar de manera efectiva los desafíos que enfrentan en su vida diaria. Estas habilidades no solo fortalecen su autonomía, sino que también les permiten construir un futuro más seguro y con mayores oportunidades.
Para que estas estrategias sean efectivas, es necesario que las intervenciones estén adaptadas al contexto y a las experiencias únicas de cada niña o adolescente. Esto implica una evaluación constante de sus necesidades y un enfoque flexible que pueda ajustarse a las circunstancias individuales. Solo así se puede garantizar que el trabajo realizado en la residencia contribuya de manera significativa a su recuperación y empoderamiento, promoviendo un entorno de igualdad y respeto por sus derechos.
Estrategias para la intervención
La aplicación concreta del enfoque de género en programas residenciales de niñas y adolescentes siete aspectos fundamentales que debe tener un programa residencial con enfoque de género: