La neuroarquitectura al servicio de las residencias de protección

¿Qué es la neuroarquitectura?

La neuroarquitectura es una disciplina que estudia cómo los espacios arquitectónicos influyen en el cerebro humano y, por ende, en nuestras emociones, comportamiento y bienestar. Combina conocimientos de neurociencia y arquitectura para diseñar entornos que favorezcan el confort físico y mental, teniendo en cuenta cómo los elementos espaciales, como la luz, los colores, las formas y los materiales, afectan al sistema nervioso.

¿Dónde poner atención?

En el caso de las residencias de protección, es fundamental aplicar el enfoque de la neuroarquitectura al construir, remodelar u ornamentar los espacios, que promuevan la seguridad, el bienestar emocional y estén al servicio de la recuperación psicológica.

¿Qué tener en cuenta para aportar al bienestar de los niños, niñas y adolescentes desde la neuroarquitectura?

La iluminación

Para los NNA es importante disponer de espacios con luz natural, que les permite regular su ritmo circadiano, promoviendo un equilibrio entre activación y descanso. La temperatura de la luz también juega un rol clave: las luces cálidas relajan, mientras que las luces blancas estimulan.

Los colores

Afectan el estado de ánimo y la percepción espacial. Colores tranquilos ayudan a crear ambientes relajantes, mientras que colores fuertes deben usarse con moderación para evitar nerviosismo. Los colores también afectan la reflexión lumínica y térmica, lo que influye en la claridad y la eficiencia energética de los espacios.

Biofilia​

Los espacios naturales mejoran el bienestar, generan emociones positivas, activando el sistema nervioso parasimpático, responsable de la calma tras el estrés. Además, la naturaleza mejora la atención, ayuda a la restauración cognitiva, gracias a la conexión innata entre los humanos y la naturaleza.

Morfología del espacio

Se refiere a las formas y estructuras que componen los entornos y cómo afectan a las emociones.En las residencias es importante considerar que las formas orgánicas y curvas generan sensaciones de relajación, mientras que los ángulos agudos y marcados pueden activar respuestas de alerta y estrés. Los recorridos dentro de los espacios deben ser fluidos y evitar rigidez, permitiendo la libre exploración. Techos altos y espacios amplios fomentan el pensamiento abstracto y colectivo, mientras que techos bajos promueven el pensamiento concreto e individual. Un adecuado manejo de la escala humana aporta control y seguridad, lo que es muy importante para los NNA, mientras que dimensiones desproporcionadas pueden generar sensaciones de libertad o desorientación.

Materiales de construcción

Afectan la percepción sensorial de un espacio a través de su textura, color, temperatura al tacto y otras características. Los materiales naturales como la madera, la cerámica o la tierra aportan calidez, mientras que los materiales sintéticos como el hormigón generan sensaciones frías.

Confort higrotérmico

Se refiere a la combinación adecuada de temperatura, humedad relativa y ventilación para generar un ambiente saludable. El confort térmico se logra en temperaturas entre 17ºC y 27ºC, donde temperaturas altas reducen la concentración y temperaturas bajas generan nerviosismo. El nivel óptimo de humedad relativa se encuentra entre 40% y 60%; un ambiente demasiado seco aumenta la vulnerabilidad a virus y bacterias, mientras que la humedad excesiva provoca fatiga y problemas respiratorios. Por último, una buena ventilación, especialmente natural y cruzada, mejora el confort térmico, particularmente en épocas calurosas.

Confort acústico

El ruido excesivo, especialmente en entornos urbanos, afecta negativamente la salud, causando trastornos del sueño, problemas de concentración y dificultades en el desarrollo del lenguaje en niños y niñas. Un buen sistema de aislamiento acústico, tanto para ruidos aéreos como de impacto, es esencial para crear ambientes tranquilos, utilizando materiales densos o flexibles que absorban el ruido.

Confort olfativo

Se refiere a la percepción de aromas agradables y su impacto en la salud. Los olores pueden afectar nuestras emociones y bienestar, pero ciertos productos químicos utilizados en el hogar, aunque generen respuestas positivas, pueden ser perjudiciales. Es importante mantener un ambiente interior libre de tóxicos, utilizando materiales y productos de limpieza que no emitan compuestos dañinos.

Entorno y conexión visual con el exterior

Espacios abiertos y perspectivas lejanas, como vistas a jardines, generan una sensación de seguridad y tranquilidad. En entornos urbanos, es fundamental que las viviendas cuenten con terrazas o ventanales que permitan vistas despejadas, creando un equilibrio entre el espacio interior y exterior para mejorar el descanso visual.

Sensación de seguridad

El diseño arquitectónico es clave para evitar emociones negativas como el miedo o la ansiedad. Espacios bien iluminados, con ventanas que permitan la entrada de luz natural y la conexión visual con el exterior, ayudan a evitar la sensación de encierro. Además, la planificación cuidadosa para evitar rincones oscuros o sobrantes mejora la sensación de seguridad dentro del espacio, lo que es clave para la contención emocional de los NNA que han sufrido experiencias traumáticas.

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