Cuidarnos en residencias con terapias complementarias

¿Qué son las terapias complementarias?

Las terapias complementarias son enfoques terapéuticos que pueden realizarse, junto con los tratamientos médicos convencionales, para mejorar la salud y el bienestar de las personas. Si bien no son parte de la medicina convencional, poco a poco han ido demostrando beneficios para la salud mental y física de adultos, niños y niñas.

Estas terapias incluyen una variedad de prácticas y técnicas que ayudan a sobrellevar el estrés, aliviar el dolor, la fatiga, la tristeza profunda y la ansiedad.

En residencias de protección buscan brindar un apoyo adicional al cuidado y desarrollo integral de los niños, niñas y adolescentes, más allá de las intervenciones tradicionales. Además, estas terapias pueden ayudar a los NNA a procesar experiencias traumáticas, reducir el estrés y fomentar una sensación de pertenencia y seguridad dentro de la residencia.

Incluir a cuidadoras y cuidadores en las terapias complementarias es también una estrategia valiosa para promover su bienestar y asegurar un entorno de cuidado más saludable y equilibrado. Producto de los altos niveles de estrés a los que se ven expuestos  y debido a las demandas emocionales y físicas de su rol, pueden beneficiarse significativamente de estas intervenciones, lo que a su vez mejora la calidad del cuidado que brindan.

Algunas de estas terapias complementarias son:

Yoga: práctica que utiliza posturas físicas, ejercicios de respiración y meditación para mejorar la salud general.

Sanación pránica: técnica que utiliza el prana o energía vital para sanar dolencias físicas, emocionales y mentales.

Reiki: la forma de administrar Reiki es a través de imposición de manos. Ayuda en los procesos de regulación ante estrés, depresiones y ansiedad. En el caso de niños y niñas, pueden aprender a reconocer emociones y expresarlas logrando equilibrio físico, mental y espiritual.

Terapia floral: se basa el tratamiento en la recuperación de la armonía “mente y alma”. No solo actúan sobre los síntomas, sino que más allá, activando una conexión interna con nuestras emociones para que se genere un impacto en el proceso de sanación.

Arteterapia: Uso del arte para la expresión emocional y la exploración personal.

Musicoterapia: Uso de la música para mejorar el estado de ánimo y la comunicación.

Mindfulness y meditación: Técnicas de atención plena que promueven la relajación y la claridad mental.

Aromaterapia: Uso de aceites esenciales para mejorar el estado de ánimo y la relajación.

Recomendaciones

Aquí dejamos algunas recomendaciones rescatadas de experiencias realizadas en nuestra residencia:

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